Las cosas buenas vienen en envases pequeños, dice el refrán. El tamaño no importa, oirás decir a tu mujer. Bueno, amigos, no para poner freno a las expectativas, pero puede haber un fragmento de verdad en eso. Y entrando a decir te lo dije, entra Keros. Esta isla deshabitada de 15 kilómetros cuadrados en algún lugar de las Cícladas proporciona una prueba definitiva de que, al igual que los diamantes, el tamaño no importa. ¿Qué es Keros? Oh, no mucho, solo el primer asentamiento de las Cícladas que se remonta a la Edad del Bronce. Ubicado entre hermanos más grandes y famosos, como Naxos, Koufonissia y Amorgos, las únicas almas que residen son cabras y algunos monjes. La historia de este lugar es tan fascinante como antigua. Keros es como una pequeña máquina del tiempo.
¿Y qué es exactamente lo que hace que Keros sea tan especial? Keros era un islote semihabitado que, en aquel entonces, estaba unido al islote más pequeño de Daskalio por una calzada. Las excavaciones han arrojado hallazgos increíbles y se han propuesto teorías sobre qué sucedió exactamente allí. Como parte de la Alianza ateniense, Keros ciertamente estaba a la par con Delos en términos de importancia. El fino mármol encontrado allí significaba que disfrutaba de un estatus relativamente próspero. El descubrimiento de cientos de fragmentos de mármol pertenecientes a figurillas femeninas de mármol y arcilla sugiere que allí se llevó a cabo una forma de rito de sacrificio. Teniendo eso en cuenta, los arqueólogos han teorizado que un ritual de entierro llevó a los habitantes de los asentamientos cicládicos cercanos a llevar allí a sus difuntos. Se cree que Keros es una de las puertas del Hades al inframundo.
Aún más interesante es la sugerencia de que las figurillas de las Cícladas que luego copió Picasso, en realidad fueron concebidas en la isla de Keros. La narrativa es que la forma de la isla se asemejaba a una figura femenina en el mar, y especialmente en las lunas llenas esto era visible a simple vista cuando la luz yuxtaponía la simetría de la isla en el cielo.
Los descubrimientos que se están haciendo allí son tan impactantes que National Geographic acaba de crear un documental. ¡No podemos esperar a verlo!